2 Tesalonicenses 2
No depende de nuestro desempeño
Nuestra salvación no depende de nuestro desempeño para agradar a Dios, sino de Su regalo inmerecido: Su gracia.
Podemos tener una confianza humilde en que Su obra es suficiente, y dejar que esa verdad nos fortalezca, nos llene de energía, nos anime y nos haga perseverar.